Criptomonedas: ¿El dinero del futuro?

Criptomonedas: ¿El dinero del futuro?

A pesar de que el origen de su idea se remonta por primera vez en 1998, no fue hasta 2009 donde el término “criptomoneda” llamó la atención de unos cuantos curiosos a nivel mundial. En el 2009 empieza a operar el Bitcoin, la primera criptomoneda. Desde entonces han aparecido muchas más, todas con distintas características y protocolos.

Es probable que hayas escuchado este término en alguna conversación o en las noticias del momento pero… ¿qué es una criptomoneda?

Una criptomoneda es una moneda virtual. También es conocida como criptodivisa o criptoactivo, funciona como medio digital de intercambio, es decir, un pago completamente convencional mediante una simple transacción electrónica, su principal característica es que no requiere de un intermediario como gobierno o ente financiero.

Se consideran una alternativa a las divisas tradicionales, por lo que actualmente ya existen comercios que aceptan criptomonedas como forma de pago.

¿Por qué surgen las criptomonedas?

Sus inicios no son exactos pero los avances en cuanto a Internet y tecnología influenciaron directamente a su nacimiento. Una de las premisas principales para que el desarrollo de “criptomonedas” llegase al mercado mundial era la idea de conseguir una economía descentralizada, más segura y de carácter anónimo.

El Bitcoin es una de las criptomonedas más conocidas –actualmente- debido a que para el 2013 ya se posicionaba como una fuerte divisa que superaba más de los mil dólares. Fue creada por un grupo bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto y es una de las criptomonedas más comunes, para febrero del 2018 su precio ronda casi 10.000 dólares americanos.

La selección de criptomonedas crece cada día más; el Litecoin,  Ethereum, Ripple o el Dodgecoin, además del Bitcoin, son otras de las monedas virtuales que también se encuentran en el mercado actual, a las cuales aún les falta un tramo por recorrer.

¿Cómo funcionan las criptomonedas?

Para aquellos que desconocen el tema, esta es una de las preguntas que más intriga les genera.

El sistema de criptomonedas está comprendido por un conjunto de transferencias de archivos segmentados (también llamados bloques) que son recopiladas por ‘mineros’, los mineros son un público general que se encarga de resolver algoritmos, permitiendo así la generación de cadenas de bloques de dicha moneda.

La solución de los algoritmos sucede de forma continua por lo que son necesario los resultados de los algoritmos anteriores para llevar a cabo el proceso. El objetivo es mantener una alta tasa de procesamiento de algoritmos -lo que genera la criptomoneda-  y a cambio de esto el minero recibe una propina que dependerá de la moneda que esté minando o trabajando.

El término ‘minar’ se utiliza debido a que el proceso se asemeja a la entrada de materia prima como el oro al mercado. Con respecto al tema de criptomonedas, ‘minar’ es el término que describe poner a trabajar un ordenador para crear nuevos bloques y aprobar transacciones.

¿Son seguras?

Las cadenas de bloques son libros digitales que registran las transacciones realizadas de una criptomoneda determinada en dos partes. Toda esa información recopilada en bloques se almacena en millones de ordenadores, lo que hace que el proceso de minar sea transparente y no tenga puntos débiles.

Atacar la seguridad de una criptomoneda es posible, matemáticamente hablando, pero realizarlo supone invertir en una cantidad de dinero absurdamente alta. Para romper la seguridad del sistema es necesario que el atacante tenga una potencia computacional muchísimo mayor que todos los ordenadores del sistema o enjambrado.

Romper el sistema de seguridad del Bitcoin exigiría una potencia computacional muchísimo mayor que la de una empresa tecnológica como Google.

¿Cómo se usan?

Al igual que una divisa tradicional, las criptomonedas son utilizadas para realizar pagos, que bien pueden ser bienes o servicios. Debido a que se trata de una moneda virtual su uso se pensó para realizar pagos online, sin embargo, ya existen tiendas físicas que aceptan pagos en Bitcoin, algunas de ellas son Microsoft desde el 2014 al igual que Dell, Expedia; una página web dedicada al turismo, Shopify; una de las plataformas e-commerce más grandes hoy en día desde el 2013 abre sus puertas al Bitcoin y hasta la organización de caridad Save The Children. 

La rentabilidad de una criptomoneda dependerá de muchos factores, al igual que una divisa tradicional, su estabilidad se remite al mercado.

Algunos beneficios que brindan las criptomonedas son:

Visión global: Al ser divisas globales no se ven afectadas por medidas económicas o políticas de países. Son monedas a las que todos pueden acceder libremente y transferir a cualquier parte del mundo.

Descentralizadas: Ningún gobierno o ente financiero tiene control sobre ellas, lo que significa que pueden ser operadas libremente cualquier día a la semana durante cualquier cantidad de horas.

Seguridad: Las transacciones de criptomonedas operan bajo un mecanismo anónimo que permite privacidad durante las transacciones realizadas.

No hay intermedios: Trabajan bajo una red P2P, peer to peer, es decir, persona a persona, por lo que no es necesario intermediarios durante las transacciones.

 

Algunos riesgos al invertir en criptomonedas son:

Volatilidad: Debido a no estar controladas por algún ente financiero o en un mercado oficial, los precios pueden fluctuar constantemente generando pérdidas de cantidades considerables de dinero.

Pérdidas: Al igual que una divisa tradicional, no hay algún reembolso en cuanto a fraudes o errores humanos.

Cambios regulatorios: Hasta ahora no los hay. Sin embargo, la popularidad de la criptomonedas se está extendiendo por lo que existe una posibilidad de que se creen nuevos mecanismos que disminuyan sus ventajas en cuanto a las divisas tradicionales.

En Austria se inauguró la primera tienda física de Bitcoin llamada “House of Nakamoto” en referencia al seudónimo del creador del Bitcoin. Sin embargo, la disputa entre si las criptomonedas son el futuro o no está sobre la mesa, algunos apuestan por ellas y otros prefieren no arriesgarse. La única verdad latente es que el desarrollo de nuevas formas de pago cada día aumenta más y mientras mayor sea su expansión digital, nuevas novedades estarán saliendo a la luz.